sábado, 14 de julio de 2018

Historia contada por el vecino Antonio Vidal, (Ratón)


Antonio Vidal, Ratón.
Es una de las personalidades más reconocida de Los Pinos y si no lo conocen físicamente alguna vez todos escucharon hablar sobre él. Vivió toda su vida en el pueblo, en sus pupilas quedaron marcado a fuego los cambios. Los vientos han actuado como un cincel sobre su piel, añeja quizás, pero repleta de historias.

E-: Nombre
A-: Antonio Vidal

E-: ¿Edad?
A-: 72 años

E-: ¿Cuánto hace que vive en Los Pinos?
A-: Y mirá… vivo en los Pinos desde siempre, toda mi vida transcurrió en este lugar. Setenta y dos años caminando las mismas calles, respirando el mismo aire…

E-: ¿Cómo transcurre un día suyo en Los Pino?
A-: Me gusta andar con alguno de los animalitos que tengo, siempre hay algo para hacer, vacunarlos, cuidarlos, curarlos; también me entretengo en la quinta y cuando tengo todo más o menos resuelto me voy a pegar unas vueltitas por el pueblo o a tomar una copita a lo de un vecino.

E-: ¿Qué cambios observó en el lugar con el transcurso de los años?
A-: Era muy distinto por la cantidad de gente que habitaba. Hace muchos años atrás, este lugar estuvo mucho más poblado y se debió al trabajo de la cantera. Había muchos ranchos improvisados, cada terreno que ves ahora y que no hay nada, antes allí había una casita, un rancho.

E-: ¿Qué recuerda de la cantera?
A-: Me acuerdo de la cantidad de gente que vino de todos lados para poder trabajar. Se ganaba mucha plata y eso entusiasmaba a los que eran de acá y a los que no. Por eso de un momento a otro la población empezó a crecer más, había aumentado tanto la cantidad de pobladores que incluso se hicieron algunos hoteles para recibir a los viajeros.

E-: ¿Dónde trabajó usted en aquella época?
A-: Trabajé en el campo, a mí siempre me interesó las actividades rurales. Recuerdo que como no había mucho transporte con los muchachos nos manejábamos a pie o en bicicleta tanto para ir a Balcarce, San Agustín o hasta los campos donde trabajábamos.

E-: ¿En qué momento las personas comienzan a marcharse del pueblo?
A-: Y más o menos fue durante el cierre de la cantera. De todos modos, ya la gente había comenzado a marcharse desde hacía un tiempo. Cuando la cantera finalmente cerró fueron muchos los que se marcharon y quedamos nosotros, los que nos dedicamos a trabajar en el campo.

E-: Cuéntenos sobre su hazaña la que es nombrada en el chamamé…
A-: Fue una travesura que me mandé de pibe, pero no resultó. (Se ríe) Siempre me gustó ver cómo pasaban los aviones, a veces me iba hasta la laguna para poder ver cómo aterrizaban y tenía ese gran entusiasmo de querer volar. Con un amigo nos encargamos de hacer un aparato, era un motor que tenía que hacer funcionar unas alas, pero cuando lo probé no funcionó. Me caí, me golpeé bastante y después de eso no lo volví a intentar nunca más.

E-: ¿Alguna historia de Los Pinos que quiera compartir con nosotros?
A-: Se me viene a la mente la fiesta de ajo. Era una fiesta importante que convocaba a más de mil personas. La primera se hizo en el club Sportivo, luego en la Estación porque tenía un salón más grande, hasta que finalmente se trasladó al aeroclub, en el galpón se anexaba una carpa. Desde unos días antes comenzábamos a trabajar para armar todo. Venían artistas folclóricos como Chango Nieto, Argentino Luna, Daniel Toro, Torres Vila. El encuentro consistía en un almuerzo, trabajamos como mozos más o menos setenta u ochenta personas y después había bailes con los artistas invitados.  Era una fiesta muy esperada por la concurrencia que tenía, pero bueno las cosas cambian, el ajo ya no se sembró más y esa fiesta pasó al olvido (sonríe con nostalgia).

E-: Algo que quiera decir sobre Los Pinos…
A-: A este lugar le debo mis días, me gusta absolutamente todo, así como es no cambiaría nada…



















1 comentario:

  1. Excelente entrevista. Historias que se transmiten de boca en boca, contadas en primera persona.
    Estoy a la espera de más!!!!

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